Además de ser ecológica, Toupiña es una cerveza artesana. En su elaboración participan tres personas que emplean la menor maquinaria posible. Nos lo cuenta Elena Díaz, socia de Brea, en el estand que ambos tienen en BioCultura Madrid. Al tiempo que me explica el funcionamiento de su pequeña empresa, no deja de etiquetar botellines. “Esto funciona así, nosotros nos encargamos de todo: desde el cultivo a la comercialización”.

El ciclo de elaboración de las Toupiña es cerrado: “Lo hacemos todo nosotros, de principio a fin. Y nuestra aspiración es tener excedentes 0”. Cuatro son los ingredientes fundamentales de toda cerveza: agua, cebada, lúpulo y levadura. Al inicio importaban lúpulo ecológico de Bélgica porque no existía lúpulo con certificación ecológica en España. Fue entonces cuando se decidieron a plantar el lúpulo ellos mismos. Ahora tienen una cerveza ecológica 100% gallega y el único lúpulo ecológico certificado de España.

TAMBIÉN ARTESANA

Además de ser ecológica, Toupiña es una cerveza artesana. En su elaboración participan tres personas que emplean la menor maquinaria posible. Nos lo cuenta Elena Díaz, socia de Brea, en el estand que ambos tienen en BioCultura Madrid. Al tiempo que me explica el funcionamiento de su pequeña empresa, no deja de etiquetar botellines. “Esto funciona así, nosotros nos encargamos de todo: desde el cultivo a la comercialización”.

TRADICIÓN

En las Toupiña hay mucho de tradición. El proyecto de Carlos Brea es una oda a nuestros antepasados, a la gente del campo: “Ellos trabajaron mucho y lo hacían sin utilizar químicos y respetando los ciclos de la naturaleza. Toupa o Toupiña, como le llamaba yo, era mi tio-abuelo, él me inculcó el respeto al medio ambiente, el amor por los animales…”. Mientras Brea me cuenta sus recuerdos de infancia hace que repare en las etiquetas de las Toupiñas, en ellas aparece el propio Toupa rodeado de animales y acompañado por Brea de niño. El segundo guiño a la tradición familiar viene con el nombre que reciben cada una de las cervezas que elaboran. Por el momento dos: La Une y la Dole. “ ‘Une, dole, trele …’, era una canción que utilizaba mi tatarabuela materna para enseñarnos a contar”, recuerda el cervecero gallego.

CINCO MALTAS

La Une es una cinco maltas de color tostado y la Dole está elaborada con trigo, cilantro, cómino y cáscara de naranja, ingredientes que le dan un toque de frescura y la convierten en un brebaje que se bebe fácil.

Carlos Brea y Elena Díaz son ingenieros agrónomos y viven en Lugo. La fábrica de Toupiña está en Lalín, el pueblo originario de Brea. El ingeniero ha recuperado campos familiares abandonados para la siembra de los ingredientes que emplea en la elaboración de su cerveza. Brea, que se dedica a la docencia en agricultura ecológica, lleva muchos años ligado al sector y puede evaluar cómo ha sido su evolución: “La inercia de los mercados hace que el sector crezca aunque no exista un interés real desde las instituciones porque se extienda”, señala el lalinés. Ambos se muestran muy ilusionados con la celebración de BioCultura en Galicia y remarcan que “hay poco conocimiento de lo ecológico entre los gallegos. Es una sociedad muy ligada al campo y los productos de casa se entienden como naturales y saludables aunque estén tratados con químicos”.

COLABORACIÓN

Esta pareja de agrónomos está convencida de que para el éxito de las empresas ecológicas es necesaria la colaboración entre ellas. “Nos gusta conocer a productores que, como nosotros, han apostado por lo ecológico. Hablando nacen sinergias”, apunta al tiempo que adelanta que junto a la marca de cosmética natural muuhlloa están trabajando en un champú con levadura de cerveza.

Por el momento la producción de Toupiña es muy pequeña y la comercializan en locales de la zona, Lugo, Vigo, Santiago y tres restaurantes de Madrid. El próximo año esperan aumentar la producción. Eso sí… “pasiño a pasiño”.