Cerveza Toupiña

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A primeira cervexa ecolóxica de Galicia.

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Toupiña: La primera cerveza ecológica y con el sello Artesanía Alimentaria de Galicia

Carlos Brea y Elena Díaz son los responsables de un proyecto que homenajea las raíces y ofrece cada año una cerveza diferente, abriendo siempre las puertas a todo aquel que quiera conocer el alma de una propuesta respetuosa con el medio ambiente e incluso crear su propia cerveza para una ocasión especial

La puesta de largo de Cervexa Toupiña fue en agosto de 2015 y siete años después se ha convertido en la primera marca en obtener el sello Artesanía Alimentaria. La primera cerveza en ecológico de Galicia ha logrado hacerse un hueco en el mercado, conquistando los paladares de quienes prueban un producto único cuya fábrica tiene siempre las puertas abiertas a aquellos que quieran conocerla.

El proyecto comenzó como nómadas, que en el argot cervecero significa que la producción se realizaba en otra factoría. «Cando empezamos a vender non nos daban feito cervexa e decidimos facer a nosa propia fábrica. Toupiña era o meu tío avó, e decidimos facer a fábrica na palleira onde gardaba a herba, en Lagazós (Lalín)», explica el responsable de la marca, Carlos Brea, que concreta que su producción propia comenzó entre abril y mayo de 2016.

La fábrica fue ampliada en 2018, porque de los 135 metros cuadrados de las instalaciones, solo unos 70 se dedicaban al obrador y eran insuficientes. La factoría tiene ahora unos 350 metros cuadrados divididos en diferentes salas en las que Carlos Brea y Elena Díaz Silvarrey realizan cada uno de los procesos para elaborar la cerveza de la empresa, Kalinka Lagazós S.L. «Kalinka en ruso é un baile típico do exército, pero tamén significa en búlgaro mariquita, que é un dos insectos beneficiosos que controlan o pulgón das hortalizas», explica Brea.
Ediciones limitadas anuales que presumen del arte de Lalín

La firma gallega cuenta con la primera producción de lúpulo en ecológico de España. «Somos tamén a primeira cervexa ecolóxica galega e sacamos a primeira cervexa 100% galega, coa produción de orxo e lúpulo en ecolóxico en Lagazós. Agora sacamos o primeiro produto artesá galego, co selo de Artesanía Alimentaria», enumera Brea sobre el importante trabajo en innovación que realiza la empresa.

La cerveza 100% gallega es cada año diferente gracias a la serie limitada que la firma saca al mercado. Una edición exclusiva cuya receta no vuelve a repetirse con el objetivo de que el consumidor pueda ir degustando diferentes estilos de cerveza. «Son 1.930 botellas de 33 centilitros e 203 de 75 centilitros. ¿Por que esos números raros? Porque o 2 do 03 do 1930 foi cando naceu Toupa», explica el responsable de la firma.

«Este ano é unha ordinary bitter, unha cervexa suaviña de 3,5 grados, pouco amarga e predomina a parte maltosa», indica Brea sobre la propuesta de 2021. Estos productos autóctonos son, además, únicos por otra razón: las cervezas gallegas están envasadas en botellas diseñadas por un artista de Lalín que varía cada año con el objetivo de darle visibilidad al talento local. Álvaro Negro es el autor de la etiqueta de la edición 2021.

Une, Dole, Trele, Candele e Sumane son las cinco cervezas que Toupiña tiene de forma habitual el mercado. Unos nombres que homenajean una vez más las raíces y la familia de su promotor, que quiso nombrar los productos con la forma de contar que su bisabuela paterna le enseñó a su progenitor. Cada cerveza, por tanto, tiene como nombre el número que le corresponde según el momento en el que fue lanzada al mercado.
Mucho más que una cerveza

Todas las cervezas están elaboradas con ingredientes ecológicos. Las ediciones especiales 100% gallegas están hechas con materia prima de Kalinka Lagazós S.L., mientras que en las otras suelen emplearse ingredientes que la empresa adquiere a terceros.

Esta firma gallega también vende lúpulo a cerveceros. «Vendemos pequenas cantidades. Tamén hai unha persoa que nos ven a comprar porque ten problemas de bacterias no pulmón e como é bactericida, toma infusións diso», explica Brea. Las ciudadanos de zonas en las que tradicionalmente se cultivaba lúpulo, además, lo usaban para meter en la almohada porque ayuda a conciliar el sueño de forma natural.

Los amantes de la cerveza pueden, además, vivir una experiencia única visitando el obrador de la firma gallega. Una de las opciones incluye la degustación de dos cervezas y otra, además de la bebida, un maridaje con quesos. «Temos outra que é visita á fábrica con degustación de cervexas e un showcooking cun cociñeiro de Lalín», explica Brea. Aquellos que conozcan las instalaciones pueden acudir simplemente a disfrutar de la cerveza y la gastronomía.

Toupiña se adapta al cliente y ofrece una visita personalizada, con el número de cervezas o quesos que cada uno considere. Los grupos deben reservar con antelación y ser de un mínimo de entre seis y ocho personas, que deberán ponerse de acuerdo en la cata de cervezas. «Son de cervexas do mundo: son de Alemaña, de Inglaterra, de República Checa, de Portugal… Temos un catálogo grante, e tamén temos algunha Toupiña pero non é o que predomina», indica Brea.
Carlos Brea con las cervezas Toupiña (Cedida).

El trato cercano con el cliente se refleja también en otro servicio de Toupiña: la elaboración de cervezas especiales para eventos, nunca con fines comerciales o para la reventa. «Veñen, preparamos unha fórmula e levan a produción toda. Hai un cliente que fai unha para levala para a Ribeira, onde ten a viña, e tamén grupos de amigos que a levan para a praia. Tamén se fai para bautizos, comunións… A etiqueta tamén se personaliza», concreta el responsable de la firma sobre esta innovadora propuesta.
Una apuesta firme por lo natural

Elena Díaz es ingeniera agrónoma y Carlos Brea ingeniero agrícola y ambos tuvieron claro desde el principio la apuesta por un producto ecológico. «Sempre estivemos vinculados ao campo. Eu nacín en Lagazós e Toupa ensinoume o respeto polos animais e polo medio ambiente. El nunca utilizou ningún tipo de fitosanitario nin de máquina nin combustible fósil. Sempre me ensinou a agricultura ecolóxica sen el saber que era ecolóxica», explica Brea.

Así, la firma no dispone de tractor propio sino que alquila uno cuando lo precisa. «Non utilizamos fitosanitarios, utilizamos recollida da auga da choiva para reutilizar…», enumera el impulsor de esta cerveza ecológica que indica que, dentro de sus posibilidades, buscan un equilibrio entre lo que quieren hacer y lo que demanda el propio mercado.

Toupiña puede producir un máximo de 36.000 litros al año, 3.000 litros al mes. La firma no vende a grandes áreas ni en supermercados, aunque los consumidores interesados en degustar una de sus cervezas pueden adquirirlas en pequeños negocios o directamente en las tiendas.
Carlos Brea en las instalaciones de Cervexa Toupiña (Cedida).

Precisamente, las experiencias en las fábricas para el público se extienden a los responsables de los negocios donde es posible encontrar los productos de Toupiña, a los que la firma invita para que conozcan de primera mano la bebida que comercializan. «Gústanos que a xente nos visite para explicarlles todo o proceso, para que vexan o por que da diferenza de prezo que hai cas cervexas convencionais», indica Brea.

Una firma gallega que en siete años ha logrado hacerse un nombre en el mercado y conquistado el paladar de numerosos consumidores con su sabor, pero también con su cercanía. Y es que Toupiña abre las puertas de su obrador para que este producto artesanal y ecológico llegue a más casas, haciéndose un hueco en las celebraciones y festejando, al mismo tiempo, que consumir cerveza respetuosa con el medio ambiente y de cercanía es posible.

Fuente: El Español

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