El Alfabeto Delfín gestado por Antón Lamazares, encargo de los marcianos «porque o mundo vai mal», protagoniza la obra del artista lalinense para el etiquetado de las botellas de cerveza Toupiña Especial 2022 del empresario Carlos Brea. En su fábrica de Lagazós, entre la música de Benxamín Otero y los pinchos de Casa Currás, se presentó en sociedad este producto artesano de tirada limitada, con 203 unidades de 75 centilitros y 1.930 de 33 centilitros porque Toupa, apodo por el que era conocido el tío abuelo de Brea, de quien toma el nombre la marca, nació «o 2 do 3 de 1930».

Con tres esculturas de Wily presidiendo el acto —también había un pintura expuesta— en esta ocasión Aser Álvarez tomó el testigo de Celso Fernández Sanmartín como presentador. Entre los asistentes incluso el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices, además de representantes de la corporación lalinenses y del mundo empresarial, social y cultural de la zona, entre ellos Nicolás González Aller, pintor que recogerá el testigo para la edición del 2023.

Carlos Brea recordó la consecución este año del reconocimiento a la fábrica de Lagazós como la primera empresa artesana de Galicia y su cerveza la primera de estas características, elaborada 100 % con ingredientes cultivados en tierras lalinenses, tanto la cebada como el lúpulo. Recordó el comienzo en el 2018 de esta tirada especial con etiqueta basada en una obra de Armindo Salgueiro, a la que siguieron las de Paío, Misha Bies Golas, Álvaro Negro y ahora Antón Lamazares. Agradeció la implicación desde el primer momento del artista afincado en Madrid por participar, desplazándose incluso a visitar la fábrica cervecera y después a A Coruña para escoger el papel empleado por la firma Coreti para elaborar las etiquetas. Una serie de apoyos, que junto a la propia implicación de Brea, permiten reducir costes ya que, dijo, una botella de 33 centilitros debería venderse a 7 euros.

Lamazares reconoció su sorpresa cuando su hermano le trasladó el interés de Brea por implicarle en la elaboración de la etiqueta. Resultó después gratificante comprobar «que en Lalín había un tipo coma ti», ya que, aseveró, «a cultura é a ciencia de ser mañoso e ter a vocación de traballar sobre iso. Porque artista é palabra barata, como creador, pero mañosos hai moi poucos e conseguir que algo novo funcione na agricultura e tirar para adiante é de alguén mañoso».

Luis Fernández Vilela y Manuel Deza representaron a Coreti en el acto de ayer. El directivo lalinense apuntó haberse sentido muy cómodo con Antón Lamazares en su visita a las instalaciones de A Coruña y se congratuló de la presencia de las obras de Wily, con quien compartió etapa escolar desde séptimo de EGB. Manuel Deza, por su parte, habló de la complejidad de trasladar el Alfabeto Delfín a la etiqueta, buscando que fuese muy sensorial y que dijera algo a quien tuviese un botellín en sus manos. «Un cuadro es un material difícil de trabajar, lograr la textura, hablar de lo que hay dentro», apuntó.

El fotógrafo del museo Reina Sofía de Madrid, Joaquín Cortés, amigo de Lamazares, fue quien retrató el original del pintor para su posterior reproducción en la etiqueta. «¡Inda é día!» es el mensaje que se traslada con ese especial alfabeto creado por el artista, de 28 letras correlativas con el latino. Jocoso, incluso animó a comprobar la traslación de cada letra en su página web. «E se non o entendedes, ir a misa», sentenciaba.

Sin posibilidad de cambiar el envase por la guerra, pero con alguna innovación

Carlos Brea explicaba el proceso vivido desde el 2018, con algunos cambios en la forma de las botellas que se pretendía repetir este año. Pero las dificultades para conseguir vidrio debido a la guerra en Ucrania solo posibilitó repetir el modelo, aunque sí hay innovación sobre el 2021. En concreto se cuenta con etiqueta y contraetiqueta. En el primer caso con la reproducción de la propia obra de Antón Lamazares, mientras en el segundo aparecen datos sobre la cerveza, además de la firma del pintor y la reproducción del texto «traducido» al gallego, a ese «¡Inda é día!». ¿Por qué ese mensaje? «Porque estamos vivos, porque podemos traballar, ser mañosos,…», sentenciaba.

Agradecía el empresario lalinense la colaboración siempre altruista de los pintores para estas ya cinco ediciones especiales de Toupiña, así como de la firma Coreti que confecciona de forma gratuita las etiquetas. Un apoyo para «fomentar a cultura de Lalín, que a xente saiba que a cervexa é de Lalín e coñezan aos pintores de aquí». El acto incluyó también la colocación de un azulejo alusivo a esta edición, además de descubrirse en la fachada de una de las naves la reproducción de la pintura de Lamazares. El pintor recibía como obsequio antes el número 1 de la tirada, ya que van numeradas todas las botellas, mientras otros colaboradores también recibían las primeras unidades. Después hubo degustación de pinchos maridados con esta cerveza de la fábrica que gestionan Brea y Elena Díaz.