13 de agosto de 2019
Prensa
Deza duplica en tres años sus productores ecológicos y ya se acerca al medio centenar
Castañas, leche y miel son las actividades con más inscritos. El censo del Craega sube en los seis municipios. Lalín lidera las altas, con 16 operadores, e incluye la que fue la primera cerveza ecológica de toda Galicia
Las compras de alimentos sin pesticidas, respetando el ciclo natural del cultivo y con abonos naturales suele hacerse en supermercados y tiendas de proximidad. Y donde hay demanda, nace la oferta. En los últimos 10 años, la producción ecológica creció un 20% y en Deza, si en 2016 había 20 productores certificados por el Craega, hoy son ya son 41. Sus tierras y sus explotaciones ganaderas se someten a controles que revalidan esa certificación por unos dos años. La gran mayoría son explotaciones ganaderas que deciden diversificar su actividad, en vista de la eterna crisis del precio de la leche cruda, y aprovechando que los productos ecológicos más demandados son, por este orden, frutas, hortalizas y frutos secos; huevos, carne y pan.
Por municipios, en Lalín están dados de alta 16 operadores certificados: 6 de ellos recogen castañas, 2 se dedican a producir miel, y otros tantos frutas, mientras que se cuenta una alta tanto en leche, leche cruda, (es la que está sin pasteurizar) queso, huevos, hortalizas y frutas y, por último, cerveza. En 2013, Lalín tenía 13 productores. En Silleda se produjo un aumento también muy notable, ya que suma ocho productores, entre los cuatro de leche cruda, tres de hortalizas y uno de cebo de pollos. Vila de Cruces pasó de dos a siete productores: ahora cuenta con dos de producción de hortalizas, frutas y viñedos; otros tantos de leche cruda; uno de vacuno, otro de partes de pollo y pulardas; un sexto de vacuno y, por último, un productos de arándanos aún en conversión.
En los municipios pequeños, Agolada incorpora a Avega (que elabora huevos, carnes, pienso y soja ecológica), una productora de hortalizas y vacuno, mientras que Rodeiro pasa también de dos a siete productores certificados. Aquí, se imponen las tres explotaciones de leche cruda frente a dos avícolas, una de cebo de pollos y otra que, además de criar aves de corral, también tiene el sello ecológico para la producción bovina y el cultivo tanto de raíces como de tubérculos. Por último, la primera y única producción ecológica de Dozón produce huevos y aves de corral.
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AYUNTAMIENTOS GALLEGOS CON ZONAS DE MARCHA
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AYUNTAMIENTOS GALLEGOS CON BOTELLONES
Lo que busca el cliente de productos ecológicos, según el Barómetro 2017 del Craega, es calidad, seguido de un precio acorde y de su frescura. El consumidor asocia lo ecológico con “lo casero”, ”lo natural” y “lo artesanal”. Fueron algunas de las pautas que animaron a Carlos Brea a poner en marcha, junto a Elena Díaz, la fábrica Kalinka Lagazós. Era 2015, “y yo daba cursos de elaboración de cerveza. Me percaté de que no había cerveza ecológica gallega” y decidió estrenar la lista con Toupiña, el alias con el que se conocía a su abuelo materno. Empezaron a producir al año siguiente en Lagazós, reconvirtiendo el antiguo pajar en una fábrica que remató su ampliación en mayo.
Para que la cerveza tenga el sello de ecológico, tanto la malta de cebada y trigo como el lúpulo deben contar con su certificado de producción también ecológica. No se exige para el agua ni las levaduras, aunque éstas no deben estar tratadas con organismos modificados genéticamente. “Conseguimos las maltas en Inglaterra y Bélgica”, explica Carlos Brea, aunque el año pasado dieron un pasado adelante con la primera cerveza con todos sus ingredientes gallegos. Fue gracias a una plantación de lúpulo en una finca de dos hectáreas, también en Lagazós. Cosechan también el cereal. Así que en 2018 sacaron al mercado 2.500 unidades de una cerveza especial, con la etiqueta firmada por Armindo Salgueiro. Las 2.500 botellas de este año, que saldrán durante las fiestas patronales de As Dores, lucirán el diseño de Damián Paío. Dentro de Toupiña, además, el cliente podrá encontrarse con variedades tostadas, rubias, negras… Y esta vez la inspiración para la etiqueta viene de cómo contaba la bisabuela paterna de Brea “une, dole, trele…”. Esperan, también, lanzar en breve vino ecológico de una plantación en Chantada.
Brea recalca la diferencia entre cervezas artesanas, “que hay muchas, pero en un mercado inestable porque falta la inversión empresarial” y la cerveza ecológica, menos abundante. En cuanto a los puntos de venta, la suya estará en tiendas gourmet y de restauración.
Fuente: Faro de Vigo
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